Nadis: Los canales psíquico-energéticos

, los canales de la energía sutil



 
Los Nadis son los canales psíquicos por donde circulan las energías internas y forman una extensa red que interconecta todo el cuerpo energético (pranamaya kosha).
Los Chakras son los centros psíquicos que se encargan de generar, absorber, acumular, transformar y distribuir la energía. Realizan la comunicación entre el cuerpo sutil y el cuerpo denso, y entre el cuerpo sutil y el cuerpo causal. Por medio de los centros de consciencia o chakras, el prana puede transformarse en energía vital para el cuerpo físico o convertirse en energía psíquica para los otros cuerpos.
Podemos resumir diciendo que los chakras generan, transforman y distribuyen energía, siendo el puente por donde ésta pasa de un plano a otro.
 
Los Nadis. Los canales psíquico-energéticos.
Los nadis constituyen un tupido entretejido de canales psíquico-energéticos que se extienden por todo el cuerpo. El nadi es el propio flujo de energía con un trayecto determinado. Estos flujos o corrientes circulan regidos por el movimiento del Sol y de la Luna, la actividad que se esté realizando y otros factores.
Todos los nadis nacen en un punto llamado Kanda que, según algunos textos, se encuentra en la zona del ombligo (área de manipura chakra), mientras que para otros está localizado cerca del perineo (área de muladhara chakra). La información que dan los textos no es muy detallada, variando de unos a otros el número de nadis y su ubicación en el cuerpo. Así por ejemplo: el “Hatha Yoga Pradipika” habla de 72.000 nadis en total, el “Prapanchasara Tantra” cita 300.000 y el “Shiva Samhita” 350.000. De este impresionante número de nadis, unos catorce son los principales y controlan a todos los demás. En la práctica yóguica se trabaja fundamentalmente con tres, los cuales tienen una importancia esencial en la vida del ser humano. Estos son Sushumna, Ida y Pingala.



Sushumna Nadi. El canal central.
Es el nadi más importante, se le conoce también como el canal central. Está relacionado con el sistema nervioso central. Parte de muladhara chakra, en la zona del perineo/cérvix y se dirige a swadhistana chakra (base de la espina dorsal). Donde penetra la columna y asciende por su interior atravesando los chakras principales para terminar en sahasrara chakra (en la zona superior de la cabeza). Por sushumna asciende la energía kundalini (energía espiritual), cuando es despertada, y viaja desde muladhara chakra a sahasrara chakra.



Ida y Pingala. Los canales izquierdo y derecho.
Mientras que sushumna es el canal por donde circula la energía espiritual, ida y pingala son los senderos de los dos aspectos básicos del prana: ida conduce la fuerza mental (manas shakti), y pingala la fuerza vital (prana shakti). Constituyen los dos polos de una misma energía. Ida parte de lado izquierdo de muladhara chakra (en el área del perineo) y asciende en un movimiento serpenteante y semicircular, atravesando los chakras, y pasa por la fosa nasal izquierda, para terminar en ajna chakra (centro del cerebro). Pingala sigue el mismo camino, pero partiendo del lado derecho de muladhara. Va realizando un movimiento de caduceo, cruzándose con ida y sushumna en los chakras (swadhistana, manipura anahata, vishuddhi) y mantiene siempre una posición opuesta a la de ida.
A ida se lo conoce como chandra nadi (nadi lunar). Rige el funcionamiento del sistema nerviosos parasimpático, que es el encargado de regular los procesos internos del organismo; una especie de freno biológico que, entre otras funciones, relaja los músculos superficiales y disminuye la temperatura exterior del cuerpo.
A pingala se lo conoce como surya nadi (nadi solar) y complementa el trabajo de ida. Está asociado al sistema nervioso simpático, que juega el papel de acelerador, preparando al organismo para la interacción con el mundo exterior. Pingala energiza todo el cuerpo y exterioriza la consciencia. Por medio del sistema nervioso simpático activa el ritmo cardíaco, y aumenta la tensión muscular y la temperatura corporal.  
En base a su conexión con las fosas nasales, ida y pingala regulan toda la actividad del cuerpo-mente. Las fosas nasales tienen un funcionamiento cíclico, de forma que, normalmente, predomina la respiración en una de ellas. En las personas que están equilibradas, la respiración va cambiando a lo largo del día de una a otra fosa por períodos de una o dos horas. La alternancia de la actividad respiratoria en las fosas nasales crea armonía en todos los sistemas. Cuando la respiración fluye más intensamente por la fosa izquierda, es ida, la fuerza mental, la que está más activada. Si la fosa nasal derecha respira más abundantemente, es pingala, la fuerza vital, la que está predominando. Cuando prevalece el flujo de la fosa izquierda (ida), hay tendencia a que aparezca un estado de introspección, resultando un momento propicio para comenzar algún trabajo intelectual o creativo, y un tiempo menos favorable para emprender actividades que requieran mucho esfuerzo físico. Por el contrario si predomina el flujo respiratorio de la fosa derecha (pingala) se produce el efecto opuesto; se sentirá inclinación a la acción del mundo exterior, disponiéndose de gran vitalidad. En cambio, no será el momento para comenzar actividades que necesiten mucha concentración mental.
Los nadis y las fosas nasales también están conectados con los hemisferios cerebrales. La fosa izquierda (ida) está ligada al hemisferio derecho que es responsable de la orientación en el espacio, la percepción psíquica, la intuición, la creatividad, la sensibilidad artística, etc. La fosa derecha (pingala) está vinculada al hemisferio izquierdo que se encarga de análisis lógico y matemático: la mente racional. Cada nadi, proporciona energía a su hemisferio apropiado, de forma que la actividad cerebral se ve condicionada por el flujo de nadis y la respiración nasal.

En el ciclo de la respiración nasal hay un corto intervalo en el que se iguala el flujo de ambas fosas. Este equilibrio en la actividad de los nadis ida y pingala, armoniza el funcionamiento de los hemisferios cerebrales y produce la activación del nadi central sushumna, el cual aporta gran cantidad de energía al cerebro. Es una situación que en el individuo se traduce como un momento de plenitud donde dispone de todo su potencial. La práctica de yoga está encaminada a conseguir el equilibrio entre ida y pingala. El último objetivo es neutralizar ambos nadis para que su energía se acumule en el muladhara chakra (perineo) y despierte a kundalini (energía espiritual) que ascenderá por sushumna nadi hasta el cerebro, donde producirá la activación de los centros superiores. Todo ello conlleva un proceso lento y laborioso, en el que el aspirante, bajo la guía de su maestro, va purificando todos los koshas (cuerpos), hasta encontrarse preparado para el despertar definitivo.
 

Bibliografía
Claves del Yoga 
Swami Digambarananda Saraswat



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